domingo, 21 de marzo de 2010

Rutina de la simplicidad…

Abro los ojos, miro el reloj y son las cinco y media de la mañana, otro día de arduo esfuerzo espera por mí y no será hoy precisamente. Me levanto de la cama, dejando dominar mi mente por la nada. Entro a la ducha, soñoliento y un tanto despistado. Seguramente tendré otra erección entre mis piernas, bien sea por mi libido o quizás, por las toxinas liquidas retenidas durante la incumplidas 8 horas de sueño. Que simple.

Enjabono mi cuerpo, lavo mi cabello y pienso siempre en alguien. Adán… Eva… Siempre están allí en mis pensamientos, digo… Son objeto de mi atención, otra vez seré yo quien genere el pecado del día.

Me alisto para ir a mis estudios avanzados, a una de las más descuidadas y prestigiosas universidades públicas de mi país. Es curioso enterarse a tempranas horas de la mañana que una bomba exploto y no tener reacción física aparente. Sin embargo la angustia sigue por dentro. Camino por el modulo, este día me toca doblar a la izquierda, saludo a gente conocida y sigo mi camino. Finalmente llegue a mi salón, dejé mi bolso en un pupitre y me pose en el escritorio. Escucho el tema de conversación de los que ya había llegando anteriormente a mí. Esas luces blancas siempre me han parecido un poco aburridas, me dan sueño… Y el frió caliente del salón no es precisamente el mejor ejemplo de estabilidad que tengamos los “oscuros”. Que simple.

He decidido caminar por el pasillo, me encontré a mis tres amores, mi amor imposible, mi amor platónico y mi amor a mi mismo. Pues bien, bajo las rampas, llego a la entrada y en mi mente sigue habiendo un hueco en medio de los pensamientos rutinarios de está simplicidad llamada vida… o quizás rutina… <>

Paso por el pasillo del genio, ese gran genio que olvida que a su lado están las ideas. Ignorantes, la mayoría son escorias. Sin embargo tienen buena comida, ¿por qué no comer con los enemigos?... Fácil… Es que no son mis enemigos. Entonces allí veo, mis colegas venir. Mis colegas, ellos si son mis enemigos. Esto lleva a desviarme un poco del tema de importancia, acordándome de un joven con alma de feto, el cual asegura anomalías en mi, -risa.- para mi fortuna no se ha acostado conmigo, así que no puede decir ciertas cosas, ¿verdad?... Sr K. Que simple.

Que simple y obvio es el hecho de que la gente quiera tapar sus defectos resaltando los de otros, mayor defecto que ese no creo que haya. En fin.

Regreso a la clase, y en mi mente hay una imagen barroca moviéndose de un lado a otro –lo siento chicas-, esta imagen no tiene personalidad, sencillamente es como algo muy molesto, pero bien, proyectemos sus “balbusiadas” a un mundo trascendental donde las cosas sean ideas y estas sean claras. ¿Mi cerebro? Por ejemplo… A continuación, un personaje casi mitológico, sonriente, y destellante, de lengua poco nativa, “la virgen nos viene hablar de los santos”.

Rutina de la simplicidad, sinceramente sigue siendo aburrido todo esto de la vida, no quiero sonar existencialista –risa- perdón, fue un chiste de mal gusto. Ahora llega la tarde, el sol segador, no tengo comida ni ganas de comer, entonces, ¿que hago?, ¡Oh Morfeo! Regálame un poco de tu eterna tranquilidad.
<<…>>

Abro los ojos, miro el reloj y son las cinco y media de la tarde, otro día de arduo esfuerzo espera por mí y no será hoy precisamente. Me levanto de la grama, dejando dominar mi mente por la nada. Me siento en el pasto, soñoliento y un tanto despistado. Seguramente tendré otra erección entre mis piernas, bien sea por mi libido o quizás, por las toxinas liquidas retenidas durante la incumplidas tantas horas de sueño. Que simple.

Entonces así llega la noche, y me arropa con su calor citadino, pues vivo en un valle infernal. El nazi viene otra vez a por mí, creyendo que soy su aliado cuando no se da cuenta que estoy a su izquierda. Realmente me da muy igual lo que suceda. Llega la hora de partida, y doy cuenta de que no sucedió nada. Pues bien en esta vida tan rutinaria y simple, no hay mucho que incentive a implorarle a las musas que nos den un poco de inspiración.

Estoy cansado ¿saben?, el típico hombre grande con la novia frágil, la típica lesbiana con sus problemas familiares y sociales, el o la típica ex que intenta ser el torso de tu propio brazo y mas bien es la gravedad que te lanza al vació, el típico chico burlón, con personalidad aparentemente resbaladiza, las mujeres para niñas, etc. Todas estas cosas me tienen de alguna u otra manera irritado, tan solo por el simple hecho de que la gente no solo es rutinaria, sino que depende de una simplicidad enorme para sentirse bien ¿Por qué?, aun no lo se, y cuando lo sepa, no estaré en este mundo. Este mundo necesita un cambio.

2 comentarios:

  1. Este mundo necesita un cambio indeed, pero eso comenzará (con riesgo a sonar muy idealista) cuando cada quién comience a cambiar internamente, personalmente. Todo eso del cambio de unos para el cambio de muchos blablabla. Por ende, y hablo viéndolo todo desde un punto de vista "objetivo" (siempre pecamos por subjetividad) mejor dicho, como el narrador omnipresente o más bien el lector, que no está dentro de la historia pero si tiene juicios sobre ella, te digo que la rutina la hacemos nosotros mismos. Sólo basta con intentar salir de ella, con ver algo diferente en cada día, hora, minuto que pasa, cada momento vivido. Después de todo, a veces pienso que la vida es como el río de Heráclito XD
    Ay sí, suena tan bonito. =)

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Soy estudiante de filosofía, pero la naturaleza no fue tan buena conmigo y no me ha provisto de una gran inteligencia, sin embargo me ha dotado de una gran voluntad para expresarme sin miedo a la retorica, bueno... Al menos no mucho.